Un nuevo estudio publicado por científicos australianos establece una relación directa entre los fenómenos del cambio climático y el aumento de los problemas mentales en la sociedad.
En un informe titulado "Un clima de sufrimiento: el costo real de vivir en la inacción frente al cambio climático", los especialistas indican que los recientes desastres naturales ocurridos en Australia trajeron consigo un aumento de la depresión y del estrés.
Los efectos emocionales y psicológicos de los desastres naturales pueden durar varios meses e incluso años, incidiendo en el aumento del abuso del alcohol y de las drogas, en la violencia, la disolución de familias o incluso los suicidios.
Según este trabajo, en Australia los catástrofes de origen climático causan ansiedad e inseguridad en los menores. Por ejemplo, después del paso del ciclón Larry en 2006 uno de cada 10 niños mostró síntomas de trastornos postraumáticos.
Ian Hickie, el profesor del Instituto del Cerebro y la Mente de Sydney responsable del informe, comenta que el fenómeno descrito revela el coste que tienen los desastres naturales a largo plazo. Hickie considera que en las comunidades regionales, la población rural es más vulnerable a las catástrofes asociadas con el cambio climático, especialmente a la sequía.
A su vez, John Connor, director del Instituto Climático, indicó que los desastres naturales dañaron el tejido social del país, además de acarrear un coste para los ciudadanos australianos de unos 9.000 millones de dólares australianos (unos 9,5 millones de dólares estadounidenses) el año pasado
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