> familias separadas : voz pc voz pc: familias separadas
Have an account?

traductor PC

English cv French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

lunes, 9 de agosto de 2010

familias separadas

pagina de michoacan.
Familias separadas Como no hay voluntad política en el Legislativo para legalizar a los doce millones de inmigrantes indocumentados, el futuro a corto plazo en este país de inmigrantes estará marcado por más deportaciones. La Nación Conocí a Walter en un centro de detención para indocumentados en Virginia. Acababa de amanecer. Pasó la peor noche de su vida. Todavía le temblaban las manos y la voz. No le dio tiempo de rasurarse ni de lavarse los dientes. Su aliento olía a miedo. “Como a las cuatro de la mañana tocaron la puerta muy fuerte”, me dijo Walter. Creía que se le había hecho tarde para ir al trabajo y que alguno de sus compañeros lo estaba despertando. Pero no era así. “Era inmigración; eran los policías”. Walter se vino de Bolivia a Estados Unidos para salvar una vida. Su esposa, me dijo, sufre de lupus. “Violé la ley”, reconoció en una entrevista en su celda. “Pero es por una vida. Yo estoy aquí para salvar una vida. No estoy por otra cosa”. Su deportación, me aseguró, sería como “condenar a muerte” a su esposa. No tendría suficiente dinero para medicinas ni tratamientos. Allá en la Bolivia de Evo Morales, me dijo, la medicina no está tan avanzada. Su única posibilidad de que ella sobreviviera era venirse a EEUU. Y eso hicieron. Walter estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Los agentes del servicio de inmigración (ICE) iban en busca de otra persona. Pero cuando se encontraron a Walter le preguntaron su estatus migratorio y él les mostró su pasaporte. Un poco después era arrestado y llevado en una camioneta al centro de detención, donde se iniciaría su proceso de deportación. Al parecer su esposa no estaba en la casa donde él fue arrestado. En esas primeras horas tras su detención, Walter esperaba que lo dejaran quedarse en EEUU por razones humanitarias. Después de todo, había una vida -la de su esposa- de por medio. “Las redadas deberían estar más dirigidas a las personas que hacen daño a este país”, me dijo, entre resignado y molesto. “Lo único que hacemos es venir a trabajar”. De hecho, las redadas de ICE van dirigidas, primero, a gente que amenaza la seguridad nacional, segundo, a criminales, y tercero, a indocumentados. El año pasado fueron deportadas más de 220 mil personas, según “The New York Times”, o sea 37 mil más que el año anterior. Van en aumento, al igual que las detenciones y las deportaciones. Está muy claro que el Gobierno del Presidente George W. Bush está bajo fuerte presión para demostrar que controla las fronteras y aplica las leyes migratorias. Pero la realidad es que las redadas no sirven. Por cada persona deportada, entran dos o tres ilegalmente. Las matemáticas migratorias no funcionan. Además “no es realista”, según las palabras del propio Bush, “realizar deportaciones masivas de los (indocumentados) que están aquí”. Pero cada vez hay más redadas. Miedo es lo que se respira entre los inmigrantes indocumentados que viven en EEUU. Donde quiera que he viajado últimamente -Washington, Nueva York, Miami, Los Angeles- la queja es igual: temor, incluso horror a las deportaciones. Este tipo de redadas contra personas cuyo único pecado es haber entrado ilegalmente para trabajar, no hacen de EEUU un país más seguro. Esos recursos bien podrían usarse para perseguir a verdaderos terroristas y no a gente como Walter. Lo más simplista sería echarle la culpa a los agentes de ICE o a sus jefes. Pero la realidad es mucho más compleja. Mientras el Congreso no cambie las leyes migratorias, no podemos esperar una reducción de las redadas. Más de ellas significan más familias separadas. Como no hay voluntad política en el Legislativo para legalizar a los doce millones de indocumentados, el futuro a corto plazo en este país de inmigrantes estará marcado por más deportaciones, más familias separadas y miles de niños que no saben si sus padres van a regresar a la casa por la noche. Todo esto porque EEUU está persiguiendo a los más débiles y vulnerables dentro de su sociedad. ¿Y Walter? Fue deportado a Bolivia. The New York Times Syndicate

0 comentarios:

Publicar un comentario