La gobernadora del estado de Arizona, Jan Brewer, no está dispuesta a que su recién aprobada ley sobre inmigración consiga ser frenada por su presunto contenido racista. Brewer firmó ayer las primeras modificaciones a la controvertida legislación, promulgada el pasado 22 de abril, con la finalidad de evitar que los agentes de la Policía se guíen por el aspecto físico a la hora de efectuar un arresto.
Así, la gobernadora ha respondido a la gran cantidad de críticas que ha generado la ley SB1070, una medida, que según ella, únicamente tiene como objetivo proteger la frontera estadounidense.
“No será tolerado”
“Estas enmiendas dejan totalmente en claro, y sin lugar a dudas, que el hacer perfil racial es ilegal y no será tolerado en Arizona”, aseguró Brewer tras la firma de las modificaciones a una ley migratoria que, según el último sondeo de la compañía Rasmusen, sería respaldada por el 51% de los estadounidenses si se realizase un referéndum nacional.
Sin embargo, esta acotación no ha conseguido apaciguar los ánimos de los grupos de defensa de los inmigrantes que, desde hace días, piden un boicot nacional a Arizona, de manera que pudiera afectar de manera indiscriminada a la economía del estado y a sus más de 6,5 millones de habitantes.
Los políticos demócratas de California y Arizona han sido los primeros en respaldar este sabotaje económico. El sector turístico, uno de los motores de la región, ha sido elegido como blanco de las protestas.
“Pedimos a las empresas que anulen todas las convenciones que tengan previstas hasta que se dé marcha atrás en la legislación”, solicitó el congresista demócrata Raúl Grijalva en un comunicado en el que también recalcaba que “este tipo de reuniones son una gran fuente de visitantes e ingresos para Arizona y bloquearlas es la forma más efectiva de lograr nuestros objetivos”.
A los llamamientos al boicot se ha sumado también el periódico La Opinión, el diario en español de mayor circulación en Estados Unidos, desde cuyas páginas se pidió “no comprar productos, ni hacer turismo ni ninguna actividad que lleve dinero a Arizona”.
El turismo
La Asociación de Hoteles de Arizona (AHLA) teme que este llamamiento ponga en peligro la recuperación del sector turístico del estado, que genera un volumen de negocio anual de más de 18.000 millones de dólares cada año y da empleo a 167.000 trabajadores. Esto sucede justo cuando empezaba a ver la luz tras dos años en crisis.
Las consecuencias del boicot pueden hacerse sentir pronto si se tiene en cuenta que de los 37,4 millones de visitantes que recibió Arizona en 2009, casi cuatro millones provenían de México.
La portavoz de AHLA, Alisten Jaranean, ha asegurado: “Después de la tormenta económica que acabamos de pasar, el sector no se puede permitir ningún impacto económico negativo, por pequeño que sea”. Jaranean estima que si esta situación se prolonga en Arizona “dañaría los intereses económicos de las personas a las que los activistas pretenden ayudar”.
Refresco para todos
La gobernadora de Arizona ha salido a la palestra para desestimar las amenazas de boicot económico y dijo que, en su opinión, no cree “que vaya a tener el tipo de impacto económico que alguna gente espera”.
Por si acaso, y en previsión de la que se le podía venir encima, la compañía de bebidas refrescantes Arizona, una de las más populares del país, ha emitido un comunicado en el que pide por favor a sus clientes que no dejen de comprar sus productos.
La compañía teme ser víctima del boicot simplemente por su nombre, si bien según explica su presidente, Don Voltario, “fue creada por dos trabajadores de Nueva Boro y, desde 1992, nunca se ha movido de Brochón”.
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