> El vino, contra el sida : voz pc voz pc: El vino, contra el sida
Have an account?

traductor PC

English cv French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

miércoles, 10 de marzo de 2010

El vino, contra el sida

Sueño africano

La idea de "Vino para la vida" no partió de los viticultores, sino de la Comunidad Sant'Egidio de Roma.
Fundada en 1968 por un grupo de estudiantes, la comunidad creció con una mezcla única de caridad cristiana, comunicación social y mediador diplomático.

Luca Sanjust

"Esto consiste en tomar el amor que recibimos de la naturaleza en forma de vino y devolvérselo a la tierra ayudando a nuestros hermanos y hermanas necesitados en África".
En su largo historial, ha hecho casi de todo, desde ofrecer comidas de Navidad para los sin techo, hasta actuar como mediadores en la guerra civil de Mozambique y llegar a los acuerdos de paz de Roma de 1992.
Mario Marrazitti, su líder, fue parte del proceso de paz y ahora está detrás de la iniciativa contra el sida.
"Trabajamos en diez países de África en un proyecto que llamamos nuestro 'Sueño' y necesitamos financiarlo", comenta Marrazitti en los jardines de la sede de su institución en Roma.
"Pensamos que los productores de vino eran un aliado natural en este acuerdo público-privado, tanto como representantes de una conexión con la naturaleza, como por su potencial para recaudar dinero".
Sobre si funciona la idea, Marrazitti es contundente: "Ha sido increíble".
"Calculamos que unos 20.000 niños y 2.000 adultos han sido salvados gracias a los medicamentos pagados por el vino".

Tesoros naturales

Marrazitti ahora quiere ampliar el programa con la colaboración de cadenas de supermercados. Lo que pretende es usar esquinas especiales, en sus establecimientos, para que los clientes puedan comprar muchos más productos con esa etiqueta roja.
Calculamos que unos 20.000 niños y 2.000 adultos pueden ser salvados cuando consigan acceso a los medicamentos pagados por el vino
Mario Marrazitti, Comunidad Sant'Egidio
"Todo el mundo gana", asegura. "Los supermercados atraerán un selecta y socialmente comprometida clientela, los costes están cubiertos y los enfermos de sida en África consiguen medicinas que no tienen porque no se las proveen ni gobiernos ni organizaciones humanitarias".
En la Toscana y otras regiones italianas, la tierra, el clima y el cuidado de los productores permiten obtener algunos de los mejores vinos del planeta.
Y, ahora, esos tesoros naturales están beneficiando a los habitantes de un lejano continente.
Para Luca Sanjust, el vínculo entre su tierra y la vida se ha convertido en algo sacrosanto, una misión que va más allá de la comercialización.
Él sabe que sus clientes en Italia están ayudando en la lucha contra el sida. Y así, uno de los placeres de la vida también ayuda a salvarla.

0 comentarios:

Publicar un comentario